Último partido antes de que la serie se fuese a Miami, y los
Heat consiguen el factor campo tras la victoria de ayer. Un guión bastante
similar al primer partido, aunque con un desenlace opuesto. Miami domina la
primera parte, pero ve cómo los Thunder se acercan peligrosamente en los dos últimos
cuartos, aunque esta vez sin conseguir la remontada. Parece que los “Beach Boys”
han aprendido la lección del primer partido.
De inicio, el técnico de los Heat, Erick Spoelstra, ya
realizó una serie de cambios y ajustes con relación al primer partido de estas finales de
la NBA. Chris Bosh volvía al quinteto titular en lugar de Udonis Haslem. El otro
cambio básico fueron los emparejamientos defensivos: LeBron sobre Durant,
Battier sobre Perkins, Bosh sobre Ibaka, Chalmers contra Sefolosha y Wade
defendiendo a Westbrook. Las estrellas de los Heat tendrían que trabajar en
defensa para controlar la ofensiva de los Thunder.
El plan inicial iba como la seda, comandados por una gran
defensa consiguieron ventajas máximas de 16 puntos (18-2) y de 17 puntos
(51-34). Miami funcionaba de maravilla como bloque, LeBron seguía con su tónica
de estos playoffs, Wade volvía a ser Wade tras unos partidos un tanto perdido,
Bosh realizaba un gran trabajo bajo los aros (16 puntos y 15 rebotes), y
Battier se sumaba al “Big Three” como un invitado de lujo (17 puntos, 6/8 en
tiros de campo). En OKC sólo James Harden (10 puntos en el primer cuarto de los
15 de OKC) conseguía anotar con regularidad, con unos desacertados Durant y
Westbrook.
El choque recordaba inevitablemente al primero, que se había
saldado con la victoria de Oklahoma City Thunder en su debut en unas finales
NBA: dominio de Miami en la primera parte, apretando en defensa y muy acertados
en ataque. Sólo faltaba por saber si OKC sería o no capaz de remontar el
partido.
Tras el paso por vestuarios, cada reacción de los Thunder
encontraba respuesta en los Heat, comandados por un espectacular LeBron James
(32 ptos, 12 de ellos en el tercer cuarto; 8 reb y 5 asis). La diferencia con
la que Miami se plantó en el último cuarto era de 11 puntos (78-67),
aprovechando los problemas de faltas de Durant.
El partido parecía que sólo se le podía escapar a Miami, y cierto
es que en algunos momentos de los últimos 12 minutos se llevaron más de un
susto. Guiados por un excelso Kevin Durant en el último cuarto (16 puntos, para
un total de 32), secundado por Harden y Westbrook, consiguieron recortar la
diferencia a sólo 2 puntos (98-96) con sólo 37 segundos por jugarse. Y ahí
llegó la acción decisiva del partido, además de la más polémica: Miami pierde
el balón en su ataque, y OKC tiene bola para empatar. Fisher encuentra a Durant
cerca del aro, que falla ante la presencia de LeBron con posible falta incluida.
Los colegiados no lo interpretan así, y James sentencia el partido desde la línea
de personal.
Y ahora toca jugar en el AmericanAirlanes Arena tres
partidos consecutivos. La lógica diría que Oklahoma robará al menos una
victoria del feudo de LeBron y compañía, aunque en esta serie nunca se sabe.
Martín Domínguez (@Maartin91)
Martín Domínguez (@Maartin91)
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